lunes, 25 de febrero de 2013

Entrevista a Steven Wilson: "Quería que el disco sonara como si hubiera sido grabado en los 70" (por Portal Esquizofrenia)



A estas alturas, Steven Wilson no necesita presentación alguna. En los noventa Porcupine Tree le colocó en el punto de mira de la escena progresiva, pero desde hace año y medio dedica gran parte de su tiempo a su carrera en solitario. Tras el lanzamiento del aclamado y ambicioso ‘Grace for Drowning’ en 2011, el músico británico se embarcó en su primera gira en solitario, acompañado de Nick Beggs, Marco Minnemann, Theo Travis y otros músicos de prestigio. Ahora llega su tercer disco, ‘The Raven That Refused To Sing (and other stories)’, que Kscope lanza el 25 de febrero. En pleno proceso de promoción del álbum, Steven Wilson descuelga el teléfono en Inglaterra: “Hola. ¿De qué quieres que hablemos?”.

Texto: Miguel E. Rebagliato / 
Fotos: Naki Kouyioumtzis (web oficial de Steven Wilson)




Miguel E. Rebagliato - ¿Cómo te sientes respecto al nuevo álbum, meses después de terminar la grabación?

Steven Wilson - Estoy muy orgulloso. Cuando terminas un disco, es muy difícil ser totalmente objetivo con él. Digamos que a estas alturas lo he escuchado ya tantas veces que obviamente no necesito escucharlo más. Pero también sé que es un trabajo muy bueno y las reacciones hasta ahora han sido geniales. Así que estoy deseando salir de gira con el disco.

- Ahora que estabas pensando en una banda que ya conocías, ¿cómo ha cambiado el proceso compositivo?

- El proceso efectivamente ha sido muy diferente porque sabía que estaba componiendo para unas personas que ya conocía, para ciertas personalidades musicales. En mis dos primeros discos en solitario compuse sin tener una idea específica de quién iba a tocar en cada canción. Esta vez he compuesto para músicos tocando en directo y eso es diferente a lo que hice en 'Grace for Drowning', donde algunas canciones sí eran más para el directo pero otras eran más electrónicas o podía interpretarlas yo solo. Había por ejemplo una canción para coro, otra para piano y voz... Esta vez compuse exclusivamente para una banda en directo. Por esa razón creo que este álbum tiene un mayor sentido de la cohesión, una dirección más sólida. A lo largo del álbum tienes la sensación de estar escuchando a un grupo, y no tanto una serie de canciones o experimentos con diferentes estilos. Definitivamente tiene más consistencia de principio a fin.

- En una entrevista a Portal Esquizofrenia durante la gira de 'Grace for Drowning' dijiste: “no quiero una música que me impresione a nivel técnico, sino que quiero una música que me conmueva espiritual y emocionalmente, y creo que es posible tener una buena combinación”.

- Sí, claro.

- ¿Es quizá este álbum un poco más técnico? Aunque la emoción sigue estando ahí. ¿Has tratado de desarrollar aún más esta combinación?

- Yo no usaría la palabra “técnico”, no hay nada que sea técnico en el álbum. Para mí algo técnico es algo que quiere ser complicado sólo por ser complicado. Pero entiendo la pregunta. Hay partes del álbum en las que la habilidad de los músicos está llevada hasta un nivel superior, pero creo que se debe más a la introducción de una sensibilidad jazz en la música, que es algo hacia lo que ya estaba avanzando en los últimos discos. De hecho, algunos de los miembros de mi banda son músicos que vienen del mundo del jazz. El jazz es siempre espiritual, se trata de estar en el momento y tocar en el momento, las improvisaciones.

Pero también son músicos increíbles y he podido componer cosas muy complicadas que probablemente yo no podría haber compuesto antes. ¿Eso es ser técnico? La destreza de los músicos es sin duda superior en este álbum. Pero he querido mantener el nivel de emoción y espiritualidad porque, como dije, no estoy interesado en la técnica pura y dura, eso es demasiado aburrido para mí. Compongo cosas que me conmuevan, es importante mantener esa unión.

- Habrá sido un honor contar con Alan Parsons como ingeniero de sonido. ¿Qué hay en el álbum que no habría sido posible sin su colaboración?

- Siempre me ha encantado el sonido de los discos de los 70 y todavía creo que los álbumes de esa época son los que mejor suenan, ya fueran de jazz, cantautores, pop, progresivo o cualquier otro estilo. Había una manera muy particular de grabar, que dependía sobre todo del uso de equipo analógico: la mesa de sonido, la ecualización, las cintas… Ahora la mayoría de los discos modernos, incluyendo los míos, se graban digitalmente con ordenadores, pero no me gusta mucha el sonido de los álbumes modernos. Yo aprendí a grabar así, porque es la generación de la que provengo. El problema es que se ha perdido el arte de grabar a grupos enteros tocando en directo en una misma habitación del estudio, así es como se conseguía un sonido que a mí me encanta, antes de que hubiera ordenadores.


Para grabar el álbum quería a un ingeniero que estuviera muy acostumbrado a trabajar de esa manera y que hubiera trabajado en discos de los setenta. Alan [Parsons] era mi primera opción, porque es uno de los ingenieros más famosos de esa época. Ha trabajado con los Beatles, Pink Floyd, en su propia música y, en definitiva, en muchos de esos discos de los 70 que sonaban tan bien. Afortunadamente, Alan estaba disponible y muy interesado, y además resulta que era fan de mi trabajo. Cuando entramos en el estudio, no grabamos como suele hacerse, cada instrumento por separado, dedicando una semana a la batería, luego otra al bajo, las guitarras… Nosotros nos juntamos y grabamos la música en directo todos juntos en el estudio, y sólo nos costó una semana grabar el disco. Alan fue el responsable de asegurarse de que todo funcionaba correctamente y de que todo quedara grabado de la manera más bella posible. Así que, volviendo a la pregunta inicial, creo que sin Alan el álbum no habría sonado tan cálido y orgánico, y probablemente no habría tenido tanta relación con los 70. Era lo que quería, que el disco sonara como si hubiera sido grabado en la época dorada de los 70, con referencias al rock clásico, el hard rock y el rock progresivo. Alan fue una parte de esa ecuación.

- ¿Un paso más respecto a 'Grace for Drowning'?

- Pensé que era mejor contratar a un ingeniero que tuviera experiencia en esta manera de grabar, más que encargarme yo e ir buscando la manera de hacerlo. Ha sido llevar esa idea un paso más allá, sí.

- Para las letras del álbum te has basado en relatos de terror de hace muchas décadas. ¿Por qué crees que en música, literatura, cine y en general tendemos a volver al pasado para buscar referencias?

- Creo que todo hace referencia al pasado, todo. Es imposible crear algo completamente moderno y nuevo sin tomar ninguna referencia del pasado. Es curioso cómo a veces pensamos que los grupos de rock clásico surgieron de la nada y, por supuesto, eso no es verdad. Si escuchas a Led Zeppelin, te das cuenta de cuánto tomaron del blues de Chicago; si escuchas a los Beatles, ves cuánto han cogido del rock and roll norteamericano. Y por eso creo que casi todo en literatura, pintura, cine o música empieza haciendo referencia al pasado. Mi música no es una excepción.

Las letras de este disco hacen referencia a las historias sobrenaturales de fantasmas de principios del siglo XX. Hay una generación entera de escritores británicos de esa época, nombres como M. R. James, Arthur Machen, Algernon Blackwood… Cuando estaba componiendo este álbum, la música me daba la sensación de estar contando historias, antes de que hubiera letras siquiera. Cada canción era como una historia en sí misma. Justo en ese momento estaba leyendo muchos de estos autores británicos y me pareció que había una buena conexión entre ambas cosas, así que empecé a escribir mis propios relatos, muy inspirados por estos autores. Luego usé mis historias como base para escribir las letras de las canciones. La edición especial del álbum se va a presentar en forma de libro ilustrado de cuentos de fantasmas.

- La muerte es uno de los temas principales del álbum. ¿Piensas en ella igual que el artista tradicional, con tus discos y tu obra como estrategia para vencer a la muerte?

- Creo que todo lo que la gente crea, ya sean libros, películas o música, siempre tiene que ver de alguna manera con la muerte, con la idea de que somos mortales. Una de las cosas que supone ser humano y ser consciente de tu propia mortalidad, de que un día dejarás de existir, es que puedes valorar todo en relación con ese hecho. Si eres infeliz en una relación o en tu trabajo, si estás deprimido o cualquier cosa que estés sintiendo en un momento determinado, se mide teniendo en cuenta que el tiempo pasa. Creo que es la razón por la que los seres humanos sufrimos a veces tanto, de depresiones, infelicidad o melancolía, porque hay una presión constante para ser feliz, lograr tus aspiraciones, encontrar tu lugar en el mundo, encontrar la persona adecuada con la que pasar tu vida, tener una familia… una presión constante para darle sentido a tu vida. Todo eso pasa porque sabemos que tenemos un tiempo limitado.


Tengo la sensación de que esta idea está presente en toda forma artística, explícita o implícitamente. No hay más que fijarse en un estilo dirigido a las jóvenes generaciones como es el heavy metal o el metal extremo. Es fácil darse cuenta cómo gran parte de esa música está obsesionada con la muerte, el sufrimiento, la mortalidad. Los adolescentes ya están obsesionados con esta idea de la muerte y la mortalidad; en realidad la obsesión nos viene desde que tenemos uso de razón. Eso puedes expresarlo mediante canciones tristes, de rabia, de melancolía o, como yo he hecho, puedes expresarlo a través de cuentos, usando el símbolo del fantasma, para explorar estas ideas de mortalidad, arrepentimiento y pérdida.

- ¿Has reflejado más miedos u obsesiones en el álbum?

- Seguro que hay, pero realmente no me paro a analizar mucho lo que compongo. Siempre hay unos temas que vuelven a aparecer una y otra vez en mis canciones, pero no es mi intención de primeras. Por ejemplo, alguien me comenta: “ya habías usado la figura del cuervo [raven, como en el título del disco] tres veces en tus canciones”. Y yo le contesto que no, que de ninguna manera, pero luego me lo enseña y es verdad, en tres canciones ya lo he utilizado antes. Tiene sentido, porque el cuervo es una figura utilizada tradicionalmente para simbolizar la mortalidad, un mal presagio, una muerte inminente. Hay ciertas cosas que repito una y otra vez sin que sea mi intención, supongo.

- Tu obra tiende a ser melancólica. ¿La música te sirve para lidiar con toda esta tristeza y luego disfrutar tu vida, o te consideras más bien un artista atormentado?

- No, para nada, estoy muy feliz con mi vida y es más bien lo primero. Crear música melancólica o triste es para mí una manera de sacar ese lado de mi personalidad, para poder ser más feliz en mi vida diaria. Pero creo que eso también funciona desde la perspectiva del oyente. Cuando escuchas música muy triste, no hace que te deprimas, o no debería. Es lo contrario, de alguna manera te hace sentir que no estás solo sintiendo ese tipo de cosas. Compartimos experiencias humanas y todos sabemos lo que es estar triste, enfadado o melancólico, romper con tu pareja, no sentirte realizado con tu trabajo o con tu vida… Son sentimientos universales. Cuando escuchamos música que trata estos temas de una manera profunda, o incluso no profunda, sentimos que no estamos solos y que hay algo en esa música que nos puede ayudar a salir de eso. Siempre me ha pasado eso, he sentido que la música más triste es siempre la más bella y la que más puede animarte, al menos en mi caso.


- Ahora empiezas en muy pocos días la gira y, de nuevo, no pasarás por España. No es una decisión que dependa totalmente de ti, pero ¿piensas que la respuesta española a tu carrera en solitario no es lo suficientemente buena?

- Hemos tenido el mismo problema con Porcupine Tree, Blackfield, No-Man… Nunca hemos recibido mucho interés desde España. Hemos tocado unas cuantas veces allí, normalmente en Madrid y en Barcelona y ya está. El público nunca era muy numeroso y parece que no hay muchos promotores que quieran ofrecer mis conciertos al público español. No lo entiendo, pero ¿sabes?, estoy bastante ocupado últimamente, tocando en muchos sitios… Es verdad que siempre que he ido a España me ha encantado, pero nunca he notado mucho interés por mi música allí. Igual alguien de España entiende mejor que yo por qué pasa esto. No es que nunca incluya España en mis giras a propósito, porque por ejemplo siempre voy a Italia. Hay sitios del sur de Europa en los que mi carrera en solitario o Porcupine Tree son muy populares, pero por alguna razón no en España.

- Pero durante la gira de 'The Incident' con Porcupine Tree, en Barcelona se agotaron las entradas, por ejemplo.

- Pero era un concierto pequeño, ¿no? ¿Eran unas 500 personas o así? Es complicado, porque mis conciertos con Porcupine Tree y sobre todo los de mi carrera en solitario son muy caros de hacer, por las proyecciones, el equipo de sonido, esta increíble banda que me acompaña… No es que lo haga por el dinero, pero necesito al menos cubrir mis gastos. Así que no puedo ir a España para tocar sólo delante de 500 personas en Barcelona. Ése es el problema. Supongo que lo que necesito es un promotor que se arriesgue y organice dos o tres conciertos. Cuando voy a Italia suelo tocar para 2000 personas y eso tiene más sentido. Quizá a final de año, porque volveré a tocar por Europa, en la segunda parte de la gira, y de verdad, de verdad, de verdad que espero poder pasar por España, y también por Portugal.

- Recientemente has colaborado en el disco 'Genesis Revisited II' de Steve Hackett. ¿Eras fan de Genesis durante tu infancia? O si no, ¿cuándo los descubriste?

- No, cuando era pequeño no era fan de Genesis. Entonces estaba muy metido en King Crimson, Pink Floyd y Tangerine Dream, eran mis tres grupos favoritos y los escuchaba muchísimo. Pero realmente no escuchaba a Genesis, ni a Yes ni al resto de grupos del estilo. De hecho, la canción que canto en este disco ['Can-Utility and the Coastliners', originaria del álbum 'Foxtrot' (1972)] no la conocía, para nada. Tuve que escucharla y aprendérmela, y es una canción maravillosa. Me he empezado a aficionar a Genesis durante los últimos años y he empezado a disfrutar de su música. De hecho, hay una canción en mi nuevo disco, llamada 'The Watchmaker', en la que me inspiré mucho en las guitarras acústicas de los primeros discos de Genesis.

Pero, el trabajo de Steve [Hackett], por otra parte, sí que lo conozco muy bien. De hecho, soy más fan de su música que de la de Genesis. Me encantan sus discos 'Please Don’t Touch', 'Spectral Mornings' y, en particular, 'Voyage of the Acolyte'. El trabajo de Steve es más oscuro. Hablando con él luego pude entender por qué me interesaba más: él era muy fan de King Crimson y Van der Graaf Generator cuando estaba haciendo esos álbumes, y se nota que están fuertemente influenciados por esos grupos.

- La revista Prog te nombró este año icono del progresivo. ¿Te sientes cómodo con un título así o es más como una carga?

- Una carga no, desde luego. Esas cosas son bonitas en cierta medida, pero también son un poco absurdas. Lo que sí que está bien es que creo que eso significa que he conseguido un cierto nivel de respeto por parte de la gente que escucha este tipo de música y eso es muy agradable. El problema de todas estas competiciones de mejor disco del año, mejor grupo… es raro para mí que la música sea tratada como un deporte. No creo que sea una forma lógica de ver el arte. Pero por supuesto que es muy halagador y estoy muy contento… ¡y mi madre está muy contenta!


- Después el disco de Storm Corrosion, ¿tenéis Mikael Åkerfeldt y tú algún plan para seguir con el proyecto?

- No tenemos planes concretos, pero Mikael es uno de mis mejores amigos, así que siempre hay alguna posibilidad de que compongamos y grabemos algo juntos. Puede que sea Storm Corrosion u otra cosa, pero me sorprendería mucho que no hiciéramos nada más juntos.

¿Y qué planes tienes para el resto de tus proyectos?

Ahora mismo estoy muy centrado en la gira para promocionar este nuevo álbum en solitario, así que no estoy pensando mucho más allá de eso. Voy a estar con esto casi hasta finales de año. De Blackfield hay un nuevo álbum que está casi acabado, pero yo no me he involucrado mucho. Aviv [Geffen] ha compuesto las canciones, lo ha producido… Yo le he ayudado con la mezcla y canto en un par de canciones, pero ahora es sobre todo su criatura. En No-Man hemos hablado de juntarnos para componer quizá durante el verano, así que hay una posibilidad de que haya algo nuevo este año. En Porcupine Tree no hay ningún plan por el momento. Y eso es todo, creo, sí. Ahora no tengo muchos planes aparte, estoy disfrutando mucho trabajando con mi nueva banda.

Por último, ¿podrías recomendarnos tres álbumes o grupos que no sean nada conocidos pero pienses que todo el mundo debería escuchar?

Cardiacs sería mi primera recomendación. Se formaron a finales de los 70, pero grabaron la mayoría de sus discos en los 80 y los 90. Por desgracia, su cantante, Tim Smith, tiene ahora una discapacidad grave y ya no pueden seguir. Pero la discografía de Cardiacs es extraordinaria. La mejor manera de describirlo es como punk rock progresivo. Han influenciado a muchos grupos, a gente como Mike Patton y Mr. Bungle.

También recomendaría un álbum de David Bedford llamado 'The Rime of the Ancient Marinere', de 1975. El guitarrista del disco es Mike Oldfield, es una sola pieza musical, en las dos caras del álbum, 40 minutos continuos. Es uno de los discos más oscuros y escalofriantes que he escuchado, y es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos.

Mi tercera recomendación es el que considero uno de los mejores álbumes que se han hecho de rock progresivo y del que nadie parece hablar: 'Consequences' de Godley & Creme, un disco triple de 1977. Es un álbum conceptual, básicamente sobre el fin del mundo, muy ambicioso. Es una absoluta obra de arte, pero de alguna manera se perdió, porque apareció justo cuando el punk estaba dejando de lado al rock progresivo. Pero quien lo pueda encontrar verá que es una obra de arte, muy infravalorada.
Una obra de arte.


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